viernes, 27 de julio de 2012

PASEO CON LOBO


Algunas veces me pregunto si la tierra tiene memoria biológica. Si en alguno de los lugares donde paseo habrá quedado la esencia de alguien que me falta. Moléculas de ADN ligeras, volátiles, que impregnen el ambiente de recuerdos físicos, a pesar de ser invisibles al ojo humano. Que se desprendan e incluso queden flotando en el aire con el dinamismo del ser vivo del que formaron parte alguna vez.

Todo sigue igual que entonces, cuando felizmente paseaba por calles con nombres de estrellas, navíos y cabos. El sol lucía alto y no había sombra donde refugiarse. El aire venía con la humedad de las rocas.

La vida no era más fácil. Es que nada se agotaba.

2 comentarios:

  1. ... y la plaza tomaba el nombre del Golfo de Cádiz, y su mar, y su hermosa Bahía, con sus salinas, con sus caños y sus mareas, con sus cañaíllas y sus fosos o cortaduras, bajo la inmensidad de la arena de sus ahora lejas playas.

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  2. Sólo una persona en el mundo podría conocer tan bien el sentimiento que tengo por mi tierra natal. Muchas gracias, amigo. Todo un honor poder contar con tu visita a este rinconcito que me he agenciado en la red.

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