lunes, 30 de julio de 2012

AVE RAPAZ

Abro mis ojos amarillos. Levanto el vuelo a otro lugar. Sólo conozco el paisaje sideral del cielo. Pocas aves migratorias constituyen el tráfico aéreo, algún que otro visitante. Sobrevuelo caminos, maizales, ruinas. Dejo atrás fantasmas y otra fauna nocturna.

Estás en alguna parte de este bosque, noble cánido.  Rastreas la tierra húmeda, cruzas un riachuelo, se pierde tu olor. Lobo para ti mismo. Cazas y no dejas que se enfríe la sangre en el marfil. Tienes manada, pero eres realmente tú cuando estás solo. Te han intentado aniquilar sin advertir que hay amenazas peores.
Mi vista de rapaz te alcanza cuando encumbras el muro de un castillo derruido. Ágil silueta, sereno semblante. Desciendo.

Una vez huimos en sentido contrario, dimos una vuelta entera al mundo.
Te conozco de cuando éramos hombre y mujer.

viernes, 27 de julio de 2012

PASEO CON LOBO


Algunas veces me pregunto si la tierra tiene memoria biológica. Si en alguno de los lugares donde paseo habrá quedado la esencia de alguien que me falta. Moléculas de ADN ligeras, volátiles, que impregnen el ambiente de recuerdos físicos, a pesar de ser invisibles al ojo humano. Que se desprendan e incluso queden flotando en el aire con el dinamismo del ser vivo del que formaron parte alguna vez.

Todo sigue igual que entonces, cuando felizmente paseaba por calles con nombres de estrellas, navíos y cabos. El sol lucía alto y no había sombra donde refugiarse. El aire venía con la humedad de las rocas.

La vida no era más fácil. Es que nada se agotaba.

ALTA TENSIÓN

Contemplo tu mirada,
en cuyos destellos
soy consciente de mi abandono

Como un insecto sediento de tu savia,
alimento original de vida,
cuelgo de tu tallo
y de tu carne extraigo la esencia

Sírvete de los frutos que te ofrezco,
que en tu boca se endurecen,
despertaron,
y en tus manos han de madurar

Muerde y sorbe el jugo resultante
de plantar honda tu simiente
De un desierto
manarán promesas de leche y miel

No entiende el deseo de paredes,
ni sabe la pasión del tiempo

martes, 24 de julio de 2012

LOS MUROS


No quiero marcharme de entre estos muros. Ladrillo antiguo y paredes desconchadas, caliches en el suelo de hormigón. Nadie me va a quitar ni los balones ni las bicicletas ni los gatos. Ahí sigo en mi rincón de juegos, con un par de flores tronchadas que intento salvar, Santa Rita de tantas causas...

Se aparta el barullo de nubes espumosas. Yo con mis botas azules me reflejo en un charco. Salgo por el camino de las moreras que va a los campos cuajados de margaritas. Hago equilibrios al filo del canal de riego. Vuelvo y me recibe una mano cálida, es la hora de la merienda.

Crecí sobre estos cimientos alzados sobre una hostil marisma. En esta tierra yerma que rezuma sal por todas las heridas. Entre estas piedras que ni el sol ni la humedad han atravesado en años. En esta casa donde se nace y se muere.

Este es mi corazón. Tuviste la oportunidad ansiada.