Contemplo tu mirada,
en cuyos destellos
soy consciente de mi abandono
Como un insecto sediento de tu savia,
alimento original de vida,
cuelgo de tu tallo
y de tu carne extraigo la esencia
Sírvete de los frutos que te ofrezco,
que en tu boca se endurecen,
despertaron,
y en tus manos han de madurar
Muerde y sorbe el jugo resultante
de plantar honda tu simiente
De un desierto
manarán promesas de leche y miel
No entiende el deseo de paredes,
ni sabe la pasión del tiempo
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